El Mapa de mi Cuerpo es un metodología de trabajo que busca recuperar la memoria y las historias de vida de las mujeres en las zonas rurales, dinamizar las comunidades y crear lazos intergeneracionales. Queremos poner en valor las narraciones de las personas que habitan un lugar como parte de la historia de ese territorio. Y nuestra forma de trabajo para llevarlo a cabo es a través del cuerpo y de las artes: la danza y las artes plásticas.

Nuestra metodología de trabajo gira en torno a tres pilares principales: la memoria corporal, el patrimonio inmaterial y la mujer.

Historias de vida encarnadas en el cuerpo: memoria corporal
Cuando hablamos de narraciones o historias de vida nos referimos a las vivencias de las personas que muchas veces quedan en el olvido por no ser registradas o contadas a nadie. Queremos ir más allá de las situaciones que ya están almacenadas en la memoria colectiva familiar, anécdotas o eventos de ceremonias, celebraciones, etc. Nos gustaría recoger lo que los cuerpos vivieron, sintieron, percibieron. ¿Cómo hacer un nuevo mapa del territorio usando el mapa de muchos cuerpos como base? ¿Cómo renombrar lo que ni siquiera fue nombrado pero que está tatuado en nuestra memoria corporal?

Patrimonio inmaterial
En las zonas rurales tenemos aún la oportunidad de acceder a un patrimonio inmaterial cultural extraordinario del que todos podemos aprender y alimentarnos. Nos referimos a las danzas y músicas tradicionales, a los conocimientos populares, a los juegos, a la relación con la naturaleza, etc. Este patrimonio es un bien común que puede contribuir a mejorar nuestra sabiduría, sensibilidad, resiliencia, coexistencia, paciencia, creatividad, formas de aprendizaje, etc. y así mejorar nuestro presente y futuro tanto en zonas rurales como urbanas. Por ello, nuestro objetivo último es contribuir a la preservación de dicho patrimonio generación tras generación.

La mujer en el ámbito rural
La mujer ha tenido un papel primordial en nuestra sociedad, pero ha sido en muchas ocasiones acallada. Sus historias vividas desde la emoción, desde los cuidados son las que han pasado más desapercibidas, siendo, sin embargo, muy potentes y marcando a muchas generaciones. ¿Cómo se pueden compartir las vivencias de las mujeres en el ámbito rural y vincularlas a la historia del lugar? Sus historias de vida forman parte de la historia del territorio.  Gracias a este trabajo se realizará una doble labor, un trabajo terapéutico de empoderamiento y puesta en valor de las mujeres y un trabajo comunicativo para dar a conocer historias de vidas, quizás desconocidas para los habitantes del territorio y para posibles visitantes a la comunidad.

EXPERIENCIAS:

Colaboración con la Asociación AMASOL (Solares, Cantabria)

Participación en la convocatoria RURAL EXPERIMENTA II en el Valle de Campoo, Cantabria (MediaLab Prado y Cultura y Ciudadania)